Para la mayoría de las especies, el invierno es una época complicada, sin embargo, algunas como los arbustos y los árboles de hoja caduca como los rosales agradecen este clima, que les permite prepararse para sorprendernos con sus flores en primavera.
Lo ideal es proteger las especies más sensibles con plásticas o cobertores específicas que los resguarden del mal tiempo. La lluvia fuerte o las temperaturas extremas con nevadas, pueden causarles daños irreparables.